El pasado 11 de agosto se llevó a cabo una actuación arqueológica singular en Tijarafe: el levantamiento de un recipiente cerámico completamente entero en el barrio de El Jesús. El recipiente fue localizado el pasado año (2024), en el marco de las actuaciones del Proyecto Occidente, liderado por los doctores Francisco Pérez Caamaño y Javier Soler Segura, auspiciado por la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Tijarafe y financiado por la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. El hallazgo se produjo en el marco de la 8ª Campaña Arqueológica del proyecto, centrada en la prospección del tramo sur del pago de Aguatavar y los barrancos de El Jesús, y que contó también con la participación del Tercer Campus de Arqueología de Tijarafe. El descubrimiento se había mantenido en secreto, aunque con el conocimiento de las autoridades competentes, con la finalidad de planificar adecuadamente su recuperación (Ayuntamiento de Tijarafe, Cabildo de La Palma y Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias).

En las prospecciones arqueológicas es frecuente localizar diversos tipos de objetos arqueológicos, que tras ser evaluados in situ, permanecen en su lugar de origen si su levantamiento no requiere urgencia para su integridad. En este caso, al tratarse de un recipiente cerámico entero, se evaluó la necesidad de recuperarlo, pues suele ser un tipo de objeto idóneo para el expolio. Su recuperación ha sido una labor de coordinación entre las administraciones públicas con competencias en patrimonio cultural y los miembros del equipo técnico del Proyecto Occidente, y parecía una oportunidad excepcional para ofrecer a la ciudadanía una muestra de lo importante que es la metodología arqueológica para la conservación y recuperación de nuestro patrimonio, en este caso arqueológico. 

Así, la planificación debía de contar no solo con las administraciones públicas (logística del Ayuntamiento de Tijarafe, financiación de su Concejalía de Patrimonio y de la Consejería de Patrimonio del Cabildo de La Palma y autorizaciones pertinentes del Gobierno de Canarias), sino también con la participación de un equipo técnico amplio. Así se aseguraría la integridad del objeto y su adecuada conservación y difusión. El recipiente se localizaba en el interior de una cueva con cierta dificultad para su acceso, y aunque estaba prácticamente exenta del suelo, presentaba algunas roturas y aparecía aprisionada fortuitamente por algunas piedras, lo que le había producido una grieta que amenaza su integridad. El equipo técnico encargado de la extracción de la pieza ha sido el habitual con el que cuenta el Proyecto Occidente, que tomó todos los datos técnicos antes, durante y después del levantamiento, añadiéndose además una restauradora profesional, Salomé González Rodríguez. Su labor se tornaba fundamental, porque la operación, aunque no presentaba peligro, sí lo representaba el riesgo de fractura tras los movimientos necesarios para su recuperación. El día anterior se consolidó la fractura y se planificó la extracción y el día 11 de agosto se produjo la operación con total éxito. 

Durante las operaciones se procedió también a la grabación de imágenes y vídeos con un equipo profesional con la finalidad de realizar un reportaje documental y que la ciudadanía pueda comprobar cómo se realizan este tipo de operaciones arqueológicas. Se pretende con ello fortalecer la conciencia ciudadana al respecto de las metodologías arqueológicas y su importancia para conservar y proteger nuestro patrimonio, al mismo tiempo que para divulgarlo. 

La pieza cerámica será custodiada por el Ayuntamiento de Tijarafe mientras se llevan a cabo las labores de restauración y los análisis pertinentes (estudio cerámico y fotogramétrico). Concretamente, ya sabemos que, a tenor de las fases cerámicas conocidas para La Palma, la pieza corresponde a la Fase IVb, esto es, el tipo cerámico predominante al tiempo de la conquista. Sin embargo, por lo observado en una evaluación inicial, posee algunos aspectos decorativos novedosos, lo cual podría tener diversas explicaciones, entre las cuales pueden citarse o una variación local o la pervivencia de tradiciones alfareras anteriores. En cualquier caso, añadido a la belleza del recipiente y a la emoción característica de este tipo de hallazgos, debe esperarse un tiempo prudencial para disponer de una evaluación más precisa.