En la esquina de la Calle Adiós con la Calle La Luz, en el casco de El Pueblo, en Tijarafe, se halla la casa donde vivió Don Sixto González, conocido por sus paisanos por su oficio devocional de Sacristán, y será justo este el lugar donde, este próximo sábado, a partir de las 19:00 horas, se descubrirá una placa en su honor. No en vano, Don Sixto González fue un pilar fundamental en la sociedad tijarafera de su tiempo, un nexo entre el pueblo, la Iglesia y la tradición que, con su dedicación total y entregada, consiguió acercar a niños, jóvenes y adultos a la cultura popular de Tijarafe.

Don Sixto González fue Alcalde de este municipio desde 1928 hasta 1930 y Sacristán de la Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria, desde los años 20 del pasado siglo y hasta el día de su fallecimiento en 1971, por lo tanto casi medio siglo. Nacido en Tijarafe el 4 de diciembre de 1892 fue, además, Secretario del consistorio, donde ejerció labores de Juez de Paz y Teniente de Alcalde de la Comisión Gestora Municipal, constituida en 1942. Pese a que ocupó diferentes puestos de poder en el municipio, nunca abandonó su actividad agropecuaria, a la que dedicaba la mayor parte de su tiempo junto a sus cuatros hijos.

Su sentido social y su amor por servir al pueblo encuentran sus orígenes en una ferviente vocación, que le llevó a conocer cada uno de los entresijos de la Iglesia y del pueblo de Tijarafe, organizando todas las celebraciones religiosas y convirtiéndolas en las tradiciones que hoy constituyen nuestra idiosincrasia cultural. José Policarpo Martín Cruz, Concejal de Patrimonio Histórico señala “Don Sixto es una de esas personas centrales en la memoria colectiva de nuestro pueblo. Desde su posición como Sacristán de la Iglesia Parroquial, supo conservar y transmitir gran parte de las tradiciones y de los elementos patrimoniales de los que hoy nos enorgullecemos, en una época en la que las manifestaciones de la cultura popular se catalizaban a través de la religiosidad. A su vez dejó un abundante recuerdo de su gran humanidad en el día a día con sus vecinos. Creo que Tijarafe le debía que las generaciones futuras y quienes nos visitan recuerden su nombre y conozcan lo que hizo por su pueblo”.

Marcos Lorenzo, Alcalde de Tijarafe, añade que “Tijarafe y los tijaraferos teníamos una gran deuda con Don Sixto que, sin quedar ni mucho saldada con este sencillo reconocimiento, si al menos queda aminorada al poner de relieve con orgullo su figura humana, pero, sobre todo, su compromiso casi sagrado con las costumbres y tradiciones, muchas de ellas vinculadas precisamente al ámbito de las celebraciones religiosas, que hoy forman parte de nuestro rico patrimonio cultural inmaterial”.